Ya en 2015 un estudio encargado por la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) del Ministerio de Obras Públicas concluyó que era necesario detener la actividad extractiva dentro del río. Pese a ello, entre las comunas de San José de Maipo y Buin todavía existen iniciativas en funcionamiento.
Las graves consecuencias que genera la indiscriminada actividad de extracción de áridos en los lechos de los ríos han sido constatadas por diversos estudios, tanto en Chile como en el resto del mundo.
Sin ir más lejos, Reino Unido, Alemania, Francia, Holanda y Suiza han prohibido la extracción de áridos en sus cuencas; mientras que Italia, Portugal y Nueva Zelanda la han reducido al mínimo por los efectos negativos que genera en el ecosistema de los ríos y en su infraestructura hidráulica.
En Chile, la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) encargó un estudio sobre el tema en el río Maipo en 2015 y ya en esa fecha la conclusión fue recomendar la detención de la actividad extractiva, lo que “se fundamenta en que no existe actualmente ninguna formulación teórica o cálculo numérico que permita identificar si un proyecto de encauzamiento o bien el establecimiento de una rasante de mínima extracción puede o no asegurar la estabilidad de las obras fluviales emplazadas dentro del sector de estudio, como son pilas de puentes, defensas de riberas y obras de toma; y al mismo tiempo detener las inundaciones en los sitios aledaños”.
Dicho informe fue hecho en un tramo del río Maipo de 37,5 km, ubicado 500 metros aguas arriba del puente San Ramón, en Puente Alto, hasta 150 metros aguas abajo del puente Naltahua, en Isla de Maipo, con el objetivo de “presentar los resultados en cuanto a la estimación de sectores propensos a sufrir desbordes para los caudales asociados a periodos de retorno de 50 y 100 años”.
De acuerdo con el catastro hecho por la Junta de Vigilancia del Río Maipo primera sección (JVRM), gracias a la información entregada por las distintas municipalidades, actualmente, existen 30 proyectos de extracción de áridos con permisos vigentes entre San José de Maipo y Buin.
“Las consecuencias de esta actividad se han hecho notorias en los pilares de los puentes del sector, como el de Los Morros y el del Acceso Sur, donde se evidencia un claro deterioro en sus fundaciones. El daño estructural de ambos puentes frente a crecidas desmedidas del río puede llegar a ser irreversible”, señala Luis Baertl, presidente de la JVRM.
Hoy existen 30 proyectos con permisos vigentes de extracción de áridos pese a advertencias
Los efectos negativos también se evidencian en la infraestructura para la captación de agua para el riego de la zona. El ingeniero civil y asesor de la Asociación Canales Unidos de Buin, Carlos Croxatto explica que “hay un fenómeno sumamente activo desde el punto de vista de la degradación del lecho por la extracción indiscriminada de áridos que existe en la primera sección del río Maipo y llega abajo, prácticamente hasta el puente Lonquén”.
Detalla que “en 2009, el lecho del Maipo había descendido unos 5 metros junto a la obra de admisión de este canal, ubicada en el estribo sur del puente Los Morros. La última vez que tomé la cota del cauce con instrumentos topográficos, junto al desarenador de la Asociación 2 km más abajo del puente Los Morros, esta medida de socavación llegaba a 11 metros. Posiblemente hoy podría llegar a 15”.
Esto es confirmado por los datos aportados por otra investigación hecha sobre el impacto de este tipo de actividades de los autores Arrospidea, Maoc y Escauriaza, que establece que la superficie de zonas de extracción en el río Maipo aumentó en un 325% entre 1992 y 2015, y entre las consecuencias más preocupantes se cuentan la degradación y estrechamiento del lecho: se ha observado un promedio de 35 cm/año, 15 m/año , respectivamente, de la planicie de inundación y un volumen de 39 millones de m3 de pérdida neta de material desde el lecho.
“Con toda esta evidencia y los efectos claros que se han visto, sobre todo luego de los frentes climáticos que vivimos durante el invierno, es fundamental que se regule de manera urgente la extracción de áridos de los lechos de los ríos. No esperemos a que ocurra una tragedia mayor para tomar en consideración las conclusiones de la misma DOH sobre la necesidad de detener esta actividad extractiva”, afirma Baertl.
Este último establece que han estado muy preocupados y actuando de manera activa para sensibilizar sobre estos efectos porque hemos visto el deterioro del cauce. “Por lo mismo, hemos solicitado que se realicen los procesos de participación ciudadana en cada nuevo proyecto que se presenta, porque aunque parezca increíble, además de los 30 proyectos con permisos activos, se siguen tramitando más permisos y eso nos parece de suma preocupación”.
Degradación de orillas del río Maipo amenaza consumo de agua de Santiago
Puentes exhibiendo la socavación de sus pilares fundacionales y un visible cambio en la fisonomía del lecho de varios tramos del río Maipo son la consecuencia de la desmedida extracción de áridos que se desarrolla en la Región Metropolitana. Una actividad que provee de materia prima a la industria de la construcción afectando la cuenca, el curso del agua, la flora y fauna ribereña y las obras de infraestructura construidas a la vera del río.
De acuerdo a la Junta de Vigilancia del Río Maipo, primera sección, el avance de esta práctica podría, incluso, poner en riesgo la bocatoma Independiente, que abastece de agua potable a la mayor parte de la región Metropolitana.
En el límite entre la zona de excavación y el lecho natural del río, la extracción de áridos produce una depresión brusca en el fondo del cauce que genera un aumento local de la pendiente y, por consiguiente, de la velocidad del flujo, con la consiguiente socavación del cauce. Este fenómeno se traslada hacia aguas arriba y deja en situación vulnerable a las estructuras fundadas en el cauce. El fenómeno se denomina erosión regresiva o retrógrada y hace que la base de las estructuras quede sin soporte generando su falla por hundimiento.
Lo anterior, señala esta organización, impacta el curso normal del agua, que muchas veces se desplaza, destruye el hábitat de especies, contribuye a los fenómenos aluvionales, afecta la captación de aguas y la estabilidad de obras de infraestructura tales como las fundaciones de puentes, ductos y bocatomas.
Este deterioro ha sido también parte de la preocupación de quienes conviven en la primera sección del río Maipo. Ejemplo de ello son las gestiones ante la autoridad lideradas por la Asociación de Canalistas del Maipo para exponer el problema de socavación de los pilares de los puentes Los Morros y Acceso Sur a Santiago como consecuencia de las extracciones no controladas. El daño estructural de ambos puentes frente a crecidas desmedidas del río puede llegar a ser irreversible.
En materia de regulación, esta actividad está sujeta a varias normas dispersas en distintos cuerpos legales según la naturaleza del suelo del que se obtienen. En el caso de la extracción de áridos fluviales, por ser bienes nacionales de uso público, su administración corresponde a las municipalidades que son las responsables de otorgar los permisos con aprobación técnica de la DOH del MOP.
Es aquí donde a juicio de Junta de Vigilancia del Río Maipo se requiere un trabajo mancomunado para avanzar en una política pública que defina de mejor manera los equilibrios entre el desarrollo económico que genera la construcción, y el cuidado y seguridad de la cuenca en materias ambientales, productivas y de su infraestructura.