• En un análisis comparativo realizado por la JVRM, se da cuenta de la diferencia en las cifras de caudal cuando la isoterma cero varía de altura, específicamente entre los sistemas frontales de los meses de junio de 2023 y 2024.

Los meses de junio de los años 2023 y 2024 se caracterizaron por sistemas frontales con abundante lluvia en la zona central del país, específicamente en la Región Metropolitana; lo que influyó en el nivel del caudal del río Maipo.

El equipo técnico de la JVRM realizó un análisis comparativo de ambos eventos, con el objeto de comprender cuáles son los factores que intervienen en el comportamiento del caudal.

De acuerdo con los registros, en 2023 se presentó un frente cálido que dejó alrededor de 90 mm lluvia en la localidad de La Obra (San José de Maipo), generando una crecida caudal cuyo peak superó los 1000 m3/s (medido en La Obra).

En 2024, en tanto, se presentó un frente frío con aproximadamente 70 mm de precipitaciones; y si bien estas lluvias fueron un 25% inferior a la del año anterior, sí representaron una cifra significativa, pero que no impactó del mismo modo en la variación del caudal en el río, el que durante este evento no superó los 100 m3/s.

En resumen, la lluvia cálida de 2023 generó una crecida cuyo máximo equivale a más de 10 veces el de la crecida del año 2024.

José Manuel Córdova, Gerente Técnico y Juez de Río subrogante de la JVRM, explicó que “no hay una relación lineal entre el monto de la lluvia y la crecida del río Maipo y este comportamiento da cuenta de la preponderancia sobre este último fenómeno, de la altura a la que posiciona la isoterma cero, porque mientras en 2023 osciló entre los 2700 y 3300 msnm, en 2024 esa cifra estuvo entre los 1800 y 2200 msnm”.

La isoterma cero es el punto en lo alto de la cordillera a partir del cual las precipitaciones comienzan a caer en estado sólido, es decir, en forma de nieve. La importancia de este factor radica en que, desde ese punto hacia arriba el agua que precipita en forma sólida, en vez de escurrir hacia los cauces, sin engrosar los caudales que se observan luego en las zonas más bajas de los ríos. Asimismo, tiene una importancia estratégica sobre las reservas de agua para las temporadas de escasez, pues mientras más baja se sitúe la isoterma cero, la superficie donde precipita en forma sólida será mayor, quedando en esos lugares y aumentando las reservas de agua.

En cuanto al efecto sobre la crecida, la mayor incidencia viene de la variación del área que aporta al escurrimiento en los ríos derivado del desplazamiento de la isoterma cero. Es así que a medida que aumenta su altura, lo hace también el área que aporta al escurrimiento en los ríos, pero esta última lo hace de forma mucho más acentuada, por lo que un determinado aumento de la altura de la isoterma cero, tiene como efecto un mayor aumento del caudal.

“Este análisis nos permite comprender la importancia de adaptarnos a un escenario climático con eventos como los vividos, con abundante lluvia en poco tiempo y cómo la temperatura con la que se presentan los frentes influye significativamente en los aumentos de caudal. Conocer este comportamiento permite relevar la necesidad de tomar acciones concretas, como por ejemplo, la construcción de infraestructura para almacenar parte de esa agua y contar con ella en los períodos de escasez y al mismo tiempo y en la medida de lo posible, mitigar el impacto de las crecidas sobre la infraestructura existente en los cauces” señaló Luis Baertl, Presidente de la JVRM.