Aguas Andinas ha tomado diferentes caminos para enfrentar la grave sequía que vive la Región Metropolitana hace 14 años, y uno de los más significativos es el convenio con las siete Asociaciones de Canalistas de la Primera Sección del Río Maipo. El balance 2022 de esta iniciativa es positivo: el agua traspasada por los regantes permitió abastecer 30% de la demanda de la ciudad el año pasado.
Desde que se firmó el convenio, en agosto de 2021, el principal embalse de la región, El Yeso, ha podido aumentar su volumen significativamente, incluso en marzo 2023 alcanzó el nivel más alto de los últimos años: 195 hm3.
En este sentido, el director de Planificación, Ingeniería y Construcción de Aguas Andinas, Cristián Schwerter, destacó que “resulta muy importante promover el trabajo colaborativo entre los diferentes usuarios de esta zona de la cuenca, ya que las soluciones de futuro se construyen de forma coordinada y consensuada. No podemos intentar resolver este problema que es tan complejo por nosotros mismos, necesitamos la colaboración y participación de las asociaciones de canalistas para acordar soluciones que den respuesta a la condición de escasez”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Canales de Maipo, Luis Baertl, también destacó el positivo balance: “Se nota el esfuerzo no solamente de Aguas Andinas, con su preocupación de revestir, de proteger, de perder menos agua, de lograr mayores recursos, de generar más proyectos, de tener una dimensión de proyectos de largo plazo, también hay que rescatar la empatía que se ha logrado en el grupo de trabajo de los canalistas, Aguas Andinas y la participación activa de la Junta de Vigilancia. Eso ha permitido, entre otras cosas, elevar 60 hm3 solamente con la gestión del río al embalse El Yeso, que son 20 hm3 más de lo que ha logrado Aguas Andinas en sus ahorros de agua».
Por otra parte, este convenio también contempla una serie de proyectos de mediano y largo plazo para gestionar de forma sustentable el agua de la Primera Sección del rio Maipo. Esto incluye importantes nuevas inversiones por parte de Aguas Andinas; una gestión más eficiente del recurso a partir de un diagnóstico certero, cooperativo y profesional; y un plan maestro que propone acciones e infraestructura que permitan dar la sustentabilidad y resiliencia a la cuenca, adaptándola a las nuevas condiciones que impone el cambio climático.
Este último aspecto pone de manifiesto la importancia de la gestión colaborativa, ya que se está estudiando el retorno de las aguas depuradas en la Biofactoría Mapocho-Trebal, que considera transportar hasta 3 m3/s a través de una impulsión de casi 40 km, al río Maipo para uso agrícola; otorgando una segunda vida al agua y liberando una cantidad de agua equivalente en el río para producir agua potable. El mismo objetivo se persigue con la construcción de pozos en la faja de canales que, mediante el intercambio de aguas, permitirían disponer de mayor caudal en el río para el abastecimiento de Santiago.
Estos proyectos se suman al plan de inversiones propio de Aguas Andinas, con actuaciones como la construcción de nuevos pozos y estanques, ampliación y modernización de plantas de producción de agua potable, y tecnología para mejorar la eficiencia hídrica. Todo esto permitirá contar con recursos hídricos adicionales.