Las Organizaciones de Usuarios de Agua (OUAs) son actores claves en la gestión de los recursos hídricos en Chile y, por ende, en el desarrollo económico, social y ambiental del país. En la Junta de Vigilancia del río Maipo, Primera Sección, somos plenamente conscientes del importante rol que se nos ha asignado y por ello, durante los últimos años hemos impulsado un proceso de modernización que ha requerido voluntad, tiempo y esfuerzo.
Nuestra gestión impacta directamente en la superficie regada de 69.000 hectáreas, en la potencia hidroeléctrica instalada de 888 MW y en el abastecimiento de agua potable de 8,5 millones de personas en la Región Metropolitana. Estas cifras reflejan la magnitud de nuestra responsabilidad y el alcance de las decisiones que tomamos cada día.
Desde inicios de esta década hemos promovido un cambio profundo para que la gestión del agua sea más técnica, transparente y útil para todos los usuarios. Comenzamos con un diagnóstico detallado de procesos y datos; ordenamos padrones, actualizamos reglamentos y definimos una ruta de digitalización que hoy respalda las decisiones cotidianas en terreno.
Al mismo tiempo, profesionalizamos el monitoreo. Hoy contamos con un Centro de Control que integra información operativa y meteorológica esencial para la planificación; estandarizamos y reforzamos campañas de aforo, incorporando nuevas tecnologías que mejoran la trazabilidad y precisión de las curvas de gasto; y avanzamos en telemetría, permitiendo un seguimiento oportuno y verificable de extracciones y restituciones. A ello se suma la rehabilitación de un nivómetro en alta cordillera, clave para comprender mejor la acumulación de nieve y su aporte al deshielo.
La transparencia dejó de ser un eslogan y se convirtió en práctica. Publicamos información operativa para los usuarios, aplicamos encuestas de satisfacción que orientan mejoras y abrimos espacios de diálogo como la Jornada de Puertas Abiertas. Implementamos además un Modelo de Prevención de Delitos Económicos y Ambientales, con canal de denuncias y procesos de capacitación, un hito en organizaciones sin fines de lucro, porque entendemos que la integridad también se gestiona.
En paralelo, participamos activamente en distintas instancias de coordinación con otros actores de la cuenca, destacando nuestra presencia en las Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos de la Dirección General de Aguas, espacios que permiten alinear visiones, compartir información y construir soluciones conjuntas para la gestión sustentable del río Maipo.
Un aspecto decisivo ha sido la administración del acuerdo entre las asociaciones de canalistas y la empresa sanitaria Aguas Andinas, para priorizar el consumo humano en la Región Metropolitana. Gracias a este esfuerzo, incluso en los peores años de sequía, la ciudad de Santiago no enfrentó restricciones de agua.
Quedan desafíos por enfrentar, sin duda, pero nuestra convicción es simple y exigente: una Junta que escucha, que se deja auditar y que toma decisiones basadas en evidencia construye confianza. Esa confianza es la base para una distribución más eficiente y orientada a resolver conflictos y a fortalecer la resiliencia frente a la escasez hídrica.
Por Ernesto Veres | Gerente y Juez de Río de la Junta de Vigilancia del río Maipo Primera Sección.