- La Junta de Vigilancia del río Maipo primera sección (JVRM) realiza un control mensual, tomando muestras en puntos estratégicos de la cuenca.
- Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU se refiere específicamente a la calidad del recurso hídrico con metas claras al año 2030.
Las juntas de vigilancia de río cumplen un rol clave para las comunidades y sectores productivos, debido a que tienen como objetivo principal la administración y distribución del agua, promoviendo su uso eficiente y sostenible.
Dentro de las múltiples tareas que ese objetivo implica, la JVRM también realiza trabajos de prevención de contaminación de la calidad del agua, manteniendo su permanente monitoreo a través de la toma de muestras mensual en puntos estratégicos de la cuenca.
Esta medida se lleva a cabo de acuerdo con la norma NCh. 1.333, que fija los criterios de calidad del agua utilizada para el riego, de acuerdo con requerimientos científicos referidos a aspectos físicos, químicos y biológicos.
Además, junto con la empresa CAPTA–HYDRO, se instaló una sonda piloto en la bocatoma Clarillo, la que permite medir de forma permanente variables como el pH y el potencial de oxidación y reducción, así como la turbiedad, temperatura y conductividad.
“El despliegue de nuestro equipo técnico, a través de la observación permanente de las condiciones del río, es fundamental para gestionar de manera correcta los recursos hídricos de esta zona. Es necesario tener un control regular, con mediciones que nos permitan monitorear la calidad del agua que se usa, principalmente para el riego de una variedad de cultivos” sostuvo Luis Baertl, presidente de la JVRM.
Agregó que “la disponibilidad de agua es, sin duda, unas de las principales preocupaciones de la sociedad, sin embargo, la calidad de este recurso es fundamental y un elemento vital para no afectar los diversos usos de consumo, recreación, irrigación y vida silvestre”.
La medida llevaba a cabo por la JVRM está en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU, específicamente en su meta 6.3 sobre “Agua limpia y saneamiento para todas las personas”, que establece como meta al año 2030 “mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial”.