La elaboración y actualización de reglamentos responden a la entrada en vigencia de la Ley Karin y la Ley de Prevención de Delitos Económicos y son un reflejo del compromiso con la integridad, seguridad y respeto de la organización.

Junta de Vigilancia del Río Maipo, Primera sección

Durante el año 2024, la Junta de Vigilancia del río Maipo primera sección impulsó la implementación de protocolos clave que buscan asegurar la integridad y seguridad de sus colaboradores. Se trata de la adopción de un nuevo reglamento en respuesta a la entrada en vigencia de la Ley Karin y del establecimiento del Modelo de Prevención de Delitos Económicos y Ambientales.

Se trata de medidas que reflejan el compromiso profundo de la Junta con la transparencia y la responsabilidad social, además de la búsqueda constante de la excelencia operativa y ética.

Para el Modelo de Prevención del Delito se trabajó en conjunto con expertos para desarrollar un esquema integral que abarca todos los aspectos administrativos y operativos de la Junta. El objetivo es prevenir tanto fraudes, lavado de dinero y corrupción como con lo relacionado con la distribución y contaminación de las aguas, a través de procesos rigurosos de auditoría, control interno y mecanismos de denuncia. “De esta manera, además de proteger nuestra reputación, también fortalecemos la confianza de nuestros usuarios y socios” señaló Luis Baertl, presidente de la Junta.

Paralelamente, se presentó un nuevo Reglamento Interno de Higiene y Seguridad ante la Dirección del Trabajo y el MINSAL, para adecuar la normativa interna de la Junta a las disposiciones de la Ley Karin -que busca prevenir el acoso laboral y fomentar ambientes de trabajo saludables-.

Para asegurar la eficacia de estas medidas, se llevaron a cabo jornadas de capacitación dirigidas a todos los funcionarios.

«Nuestra organización ha demostrado tener un compromiso ético que trasciende lo legal y que sostiene nuestra manera de operar y de administrar un elemento vital para el desarrollo de las comunidades. Este enfoque, plasmado en la implementación de estos protocolos, responde a una estrategia para la sostenibilidad organizacional a largo plazo y nos ha posicionado como un referente en la gestión responsable y ética del agua», detalló Baertl.