• La instancia ha permitido ordenar la conversación a través de una metodología compartida, actas abiertas y consensos para una gestión eficiente y coordinada de la cuenca.

La Mesa Estratégica de Recursos Hídricos (MERH) de la cuenca del Maipo ha permitido avanzar  hacia un diálogo interseccional entre Organizaciones de Usuarios de Agua (OUA), gobierno regional,  municipalidades, sanitarias y sectores productivos; gracias a una metodología clara, además de indicadores y planes operativos comunes.

El foco ha estado donde corresponde e importa, en avanzar hacia una gestión eficiente, articulada y coordinada de la cuenca, con reglas claras y responsabilidades compartidas” señaló Luis Baertl, Presidente de la JVRM.

Esta instancia funciona desde fines de 2024, sesionando de forma periódica con actas abiertas para asegurar trazabilidad y transparencia. Su objetivo es construir el Plan Estratégico de Recursos Hídricos de Cuenca Maipo (PERHC) con metas y medidas priorizadas que fortalezcan la seguridad hídrica de las personas, del sistema productivo y la resiliencia frente al clima.

En este proceso se ha entendido la relevancia de tomar decisiones con datos objetivos e información empírica; y en eso, el aporte de las OUA es fundamental porque son quienes administran y distribuyen el agua cotidianamente, quienes trabajan en su gestión día a día. Nuestra disposición es a trabajar en conjunto, poniendo los énfasis en nuestros puntos de acuerdo” indicó Baertl.

Cómo se han alcanzado los consensos

Otra de las características que ha tenido esta mesa, ha sido la promoción de prácticas que facilitan acuerdos, como la priorización con criterios explícitos de seguridad de abastecimiento humano, eficiencia y sustentabilidad; la corresponsabilidad por secciones; la transparencia operativa (publicación de actas y trazabilidad de compromisos) y el uso de un lenguaje compartido que reduce la brecha entre disciplinas y sectores que participan de la mesa.

En este contexto, la JVRM ha aportado con datos operativos, experiencia en distribución y monitoreo, promoviendo una gestión inteligente del agua con telemetría, control de extracciones y mejora continua en la calidad de información. Ese soporte es clave para convertir los acuerdos de la mesa en implementación concreta a escala de cuenca.

Respecto del camino que queda, Baertl señala que “sin duda, lo que llevamos trabajado en esta mesa representa un avance en la forma de organizarnos frente a los desafíos que tenemos en materia de gestión hídrica, pero, junto con ello, es imprescindible trabajar en una política de Estado que defina una autoridad nacional que coordine la gestión, de acuerdo a los contextos particulares de cada cuenca”.